El pelo o pelo comúnmente lo llamamos puede ser uno de los atributos mejores cuidados en la mujer y en el hombre. Por lo general le proporcionamos un poco de atención en su cuidado, apariencia y conservación. Sin embargo debemos evitar en caer en la obsesión por el cuidado del pelo.
Cuando todo era perfecto en el cuidado del pelo
Desde pequeños nos enseñaron a lavarnos el pelo, a peinarlo con cuidado, a recortar las puntas y uno que otro peinado. En el caso de los hombres la tarea resultó más simple de lo pensado y el resultado fue en el peor de los casos lavarse cuando el pelo cuando esté sucio y hacérselo recortar cuando esté grande. Hasta ahí, todo perfecto. Sin embargo en algunas personas algo logra cambiar esta rutina por algo nuevo y distinto sin encontrar un final. A esta condición podemos llamarlo como la obsesión por el cuidado del pelo.
Inicio de la obsesión
Para algunos, todo comenzó con pequeños signos propios de la edad, herencia genética o algún problema en la piel (cuero cabelludo). Algunos de estos puntos claves que desencadenaron la obsesión por el cuidado del pelo fueron: caída de pelo, caspa, canas, horquillas, sequedad, seborrea, etc. Lo que sigue es una obsesión por probar de todo cuanto encontremos para aplicarlo sobre el pelo.
Esta obsesión puede llegar a tal punto de no esperar resultados de algún tratamiento, receta o recomendación para probar otro muy distinto y supuestamente para lo mismo que deseamos. Así, se llega a probar todo tipo de shampoo, acondicionador, los famosos tratamientos, alisadores, tintes, productos naturales, preparaciones caseras, todo lo que se nos ocurra o nos recomienden hasta acudir a cuanto centro de spa exista también. El resultado de todo esto es variable. Por un lado puede haber una mejora aparente (solo para quien padece esta obsesión). Por otro lado, el problema puede empeorarse o complicarse con otro más (por lo regular, problemas en la piel).
En realidad lo que sucede en cada persona que experimenta una obsesión por el cuidado del pelo es el miedo a perder lo que tuvo, un pelo bonito, fuerte, abundante y fácil de peinar. La solución no es simple. Muchas veces se necesitará asistencia psicológica, sin embargo el soporte y monitoreo familiar o amical será más que suficiente para poder cortar ese camino sin rumbo fijo como lo es la obsesión por el cuidado del pelo.
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