Este tratamiento más conocido como un baño turco recoge las técnicas usadas en las casas de baño de Turquía, que en su esencia fueron difundidas desde el oriente hacia Europa y de este a otras partes del mundo. La finalidad del tratamiento Hammam es brindar un relajamiento total del cuerpo a diferencia de la aromaterapia que sirve también para tratar ciertas dolencias o enfermedades. El tratamiento puede variar ligeramente de un spa a otro.
El efecto relajante del vapor y el aceite
En los Spas donde se mantienen casi intactas las técnicas originales se comienza desde un cuarto a vapor, en la cual usted es sometido a una limpieza corporal usando unos jabones que contienen aceites especiales para ayudar a relajar el cuerpo, seguida de un enjuague.
La exfoliación que su cuerpo no olvidará
A continuación usted es llevado a otra sala en donde se le aplica un masaje combinado con una exfoliación. Pueda que el masaje le parezca un poco fuerte al inicio, pero los resultados y la sensación son únicos. Esta parte del tratamiento finaliza con un enjuague con agua caliente.
Una máscara para recuperar la textura de la piel
El tratamiento de la piel se complementa con la aplicación de una máscara total en el cuerpo a base de arcilla rosa que suaviza y vuelve a dar textura a la piel. Esta se deja por unos minutos para que la piel absorba los minerales y sales que contiene la máscara. Luego viene un enjuague total.
El aroma final del relajador Hammam
Para darle el toque final se le aplica un acondicionador al cabello y un shampoo con aromas en todo el cuerpo (el de rosas es muy recomendado), y como en cada etapa se culmina con un enjuague.
Cada parte del tratamiento Hammam es esencial. Usted obtiene un cuerpo limpio, relajado, renovado y listo para afrontar la rutina diaria.
